Biografia de los santos que guian a nuestro GRUPO SCOUTS SAN SEBASTIAN AGUEDA # 54 de nuestra parroquia SANTA AGUEDA:
SAN SEBASTIÁN, 20 de enero
Martirologio Romano: San Sebastián, mártir, oriundo de Milán, que, como narra san Ambrosio, se dirigió a Roma en tiempo de crueles persecuciones, sufriendo allí el martirio. En la ciudad a la que había llegado como huésped, obtuvo el domicilio de la eterna inmortalidad. Fue enterrado en este día en las catacumbas de Roma (s. IV in.)
Etimología: Sebastián = Aquel que es digno de respeto.
Sebastián, hijo de familia militar y noble, era oriundo de Narbona, pero se había educado en Milán. Llegó a ser capitán de la primera corte de la guardia pretoriana. Era respetado por todos y apreciado por el emperador, que desconocía su cualidad de cristiano. Cumplía con la disciplina militar, pero no participaba en los sacrificios idolátricos. Además, como buen cristiano, ejercitaba el apostolado entre sus compañeros, visitaba y alentaba a los cristianos encarcelados por causa de Cristo. Esta situación no podía durar mucho, y fue denunciado al emperador Maximino quien lo obligó a escoger entre ser su soldado o seguir a Jesucristo.
El santo escogió la milicia de Cristo; desairado el Emperador, lo amenazó de muerte, pero San Sebastián, convertido en soldado de Cristo por la confirmación, se mantuvo firme en su fe. Enfurecido Maximino, lo condenó a morir asaeteado: los soldados del emperador lo llevaron al estadio, lo desnudaron, lo ataron a un poste y lanzaron sobre él una lluvia de saetas, dándolo por muerto. Sin embargo, sus amigos que estaban al acecho, se acercaron, y al verlo todavía con vida, lo llevaron a casa de una noble cristiana romana, llamada Irene, que lo mantuvo escondido en su casa y le curó las heridas hasta que quedó restablecido.
Sus amigos le aconsejaron que se ausentara de Roma, pero el santo se negó rotundamente pues su corazón ardoroso del amor de Cristo, impedía que él no continuase anunciando a su Señor. Se presentó con valentía ante el Emperador, desconcertado porque lo daba por muerto, y el santo le reprochó con energía su conducta por perseguir a los cristianos. Maximino mandó que lo azotaran hasta morir, y los soldados cumplieron esta vez sin errores la misión y tiraron su cuerpo en un lodazal. Los cristianos lo recogieron y lo enterraron en la Vía Apia, en la célebre catacumba que lleva el nombre de San Sebastián.
El culto a San Sebastián es muy antiguo; es invocado contra la peste y contra los enemigos de la religión, y además es llamado además el Apolo cristiano ya que es uno de los santos más reproducidos por el arte en general.
Perteneció a una familia rica e ilustre, y que habiendo sido consagrada a Dios desde sus primeros años, triunfó de los muchos asaltos a su pureza. Quinciano, un dignatario consular pensó que podría llevar a cabo sus perversas intenciones contra la santa a través del edicto del emperador contra los cristianos. Así, Quinciano ordeno que la entregaran a una casa de mala fama donde la santa sufrió asaltos y asechanzas contra su honra.
Luego de un mes, Quinciano trató de asustarla con sus amenazas, pero ella se mantuvo como una fiel sierva a Jesucristo. Molesto por su negativa, el cónsul mandó que fuera azotada y llevada a prisión. Al día siguiente fue interrogada de nuevo pero su firme adhesión a Cristo fue motivo de nuevas torturas y sufrimiento para la santa, quien expiró pronunciando alabanzas para nuestro Señor.